Hace días que tengo una extraña sensación, creo que tengo visiones esporádicas de un trágico evento histórico.
Siento horror, pánico y una tristeza que me invade el alma. Mi mente no deja de divagar, creo que empiezo a tener psicosis.
Una voz en mi interior repite constantemente las palabras del tormento: "El Papa ha muerto". Lo peor es que no sé si creérmelo.
Mis ojos son afortunados o más bien, mi mente lo es y en mi perdida mirada se visualizó el santo fiambre durante toda la semana pasada.
Lo curioso es que unos días después me enteré así por casualidad... en letra pequeñita en los periódicos (letra casi invisible) que había muerto.
¡¡Soy vidente, señores!! ¡¡Soy vidente!!
¡¡El papa ha muerto y soy la única que se ha enterado!! Lástima que sea tan perezosa para escribir y los medios de comunicación se me hayan adelantado... aunque no le han hecho mucho caso por lo visto...
Los que sí han hecho caso son los fieles... que ahora le atribuyen milagros como si de estrellas para un hotel se tratara.
Necesitaba tres y ya lleva cuatro. Lo peor es que se lo creen.
Como decían en la radio esta mañana y mi querida Narayan me ha recordado hace unos momentos, hay un milagro que es indiscutiblemente cierto.
Se han multiplicado los precios hasta el infinito. Los hoteles, los aviones... con este pedazo de milagro el papa ya tiene bastante para ser santificado y si se lo toman en serio del todo, quitan a Dios del trono y lo colocan a él embalsamado (fíjense que cosas, hasta ahora nadie ha visto a Dios y de esta manera tendríamos al Dios incorruptus mediantus formolus en venus).
Nada, no esperen a comprobar los tres milagros, este suple 100 milagros leves.
Que lo santifiquen ya y que nos dejen en paz.
Por favor.